Las historias del vino

Una memoria marcada por el vino

Lugar de encuentro, de castillos y monasterios, de historias de reyes, plebeyos y vino que nos acompañan para valorar y aprender del recorrido de una tierra y sus gentes dedicados durante siglos al vino y su paisaje. De la antigüedad y la tradición a la modernidad a través de la excelencia.

La historia trascendente

Conocer y valorar la Historia como factor clave para concebir y desarrollar el Proyecto Marañones.

Sin ánimo de hacer un recorrido exhaustivo por la historia, sí tenemos una clara visión de las enseñanzas esenciales derivadas del paso del tiempo y las gentes por este territorio que conforman su personalidad como tierra de vino.

En el proceso de conceptualización y concreción de la Bodega Marañones, el devenir histórico del territorio y la presencia constante del vino en el mismo, han sido determinantes para fijar una relación entre Bodega y Comarca desde la comprensión, el respeto y el compromiso.

Año 1150

En 1150 se concede por Alfonso VII El Emperador, rey de León, mediante la agrupación de doce eremitorios de la zona, la fundación del Monasterio de Santa María de Valdeiglesias en Pelayos de la Presa. Desde este momento, se ordenará e impulsará la explotación del territorio, tomando el vino como cultivo fundamental.
El vino ha marcado el crecimiento y la prosperidad de la comarca y de sus pueblos desde entonces, ya que su producción no solo era fuente principal de alimentación, sino también y especialmente, instrumento organizador productivo del territorio y principal excedente comercial.

Año 1434

En 1434 Don Álvaro de Luna, Condestable de Castilla siendo rey Juan II, padre de Isabel la Católica, compró a los monjes del Monasterio de Pelayos el señorío de San Martín de Valdeiglesias y mandó construir el Castillo de la Coracera que tanta influencia ha tenido en el nacimiento de la Bodega Marañones y que albergó una bodega hasta épocas recientes precisamente en la parte baja de la Torre del Homenaje, donde hoy se encuentra la Vinoteca.
A la vera del Castillo, en los prados donde se ubican los Toros de Guisando se firmó el famoso pacto que reconocía a Isabel como sucesora de Enrique IV y futura reina de Castilla.

SIGLO XVI

A partir del ese siglo XVI y durante los siglos posteriores, el viñedo se consolidó como producto y condicionó el paisaje y la economía característicos de la comarca. El comercio y el buen nombre de los vinos en la época, especialmente impulsado por su valor de proveedor de la Corte, generó una especialización territorial, un conocimiento e interés por el cuidado de la viña y una comercialización profesional y organizada.
Su desarrollo marcó la estructura de la propiedad, pero también, una fuerte relación con el comercio y las relaciones interterritoriales de la comarca asociadas al gran mercado que suponía Madrid y la Corte, y en menor medida Toledo y Ávila, accesibles por las vías de comunicación históricas que siempre han tenido su paso y se han cruzado en San Martín de Valdeiglesias.

Prácticamente todos los grandes autores de la Literatura del Siglo de Oro (Lope de Vega, Quevedo, Cervantes, Tirso de Molina, Jorge Manrique), citan en sus escritos los vinos de San Martín de Valdeiglesias.

Cervantes Los dos vinos que prefirió Cervantes, por encima del néctar de los pagos de Esquivias, fueron los de Ciudad Real (blanco y tintos) y los blancos de San Martín de Valdeiglesias. Conviene precisar que, el “vino del Santo” (“el mejor vino blanco de España”, en la autorizada opinión de Luis Zapata, y “medicina cordial contra la melancolía”, según el juicio científico del doctor Sorapán de Rieros) provenía exclusivamente del pueblo madrileño que le da el nombre, y se vendía como vino caro o precioso en las mejores tabernas de Madrid, Segovia, Valladolid y otras ciudades de Castilla.

SIGLO XIX

Las terribles plagas que afectaron al viñedo español en el último cuarto del siglo XIX llegaron mucho más tarde a Gredos. Las condiciones del suelo y el clima retrasaron el proceso hasta la década de 1910. Esto tuvo dos consecuencias, por una parte, el desarrollo de tratamientos que permitieron combatir eficientemente la enfermedad y salvar tanto variedades como cepas. Por otra parte, la filoxera supuso un aumento de la demanda en los vinos de Gredos ante la relativa escasez por pérdida de producción de otras zonas.

SIGLO XX

Estas circunstancias y el hecho de que por la especial orografía no se produjera en la zona la concentración parcelaria, permitieron conservar un parcelario dividido y especializado, que actualmente forma la base del mosaico agrario que podemos contemplar. La década de los años 60 supuso un cambio en la estructura económica de la zona con la irrupción de la segunda residencia y "la construcción" como nuevo sector económico de liderazgo.
A partir de 1960 los cambios en el viñedo en España eran una realidad y la pujanza de un nuevo marco productivo territorial, basado en las denominaciones de origen orientadas a la calidad, pero también a los rendimientos más eficientes, no llegó a aquí hasta 1990, con la constitución de la D.O. Vinos de Madrid y la sub-zona de San Martín de Valdeiglesias.

La década de los 60 supuso un cambio en la estructura económica de la zona con la irrupción de la “segunda residencia” y la construcción como nuevo sector económico de liderazgo. Este hecho, así como la falta de imagen de calidad comparativa con otros territorios, y la mayor competencia llevaron a un paulatino relajamiento de la actividad vitivinícola en nuestra zona hasta la entrada en el nuevo siglo XXI cuando un grupo de pioneros, con una clara visión y una nueva comprensión del valor y la potencia de los vinos y los paisajes de Gredos, asentó sus bodegas aquí con la firme intención de adecuar las técnicas de elaboración y de conectar directamente con la nueva conciencia y exigencia de los consumidores de calidad.
Sirva este recorrido escueto por la relación histórica entre viñedo y comarca para evidenciar la trascendencia del vino en el paisaje, la cultura, la naturaleza y la economía de nuestro territorio. Y cómo desde la conciencia y el trabajo diario, Bodega Marañones asume todo este bagaje en cada uno de sus vinos y viñedos.