
Bodega Marañones ha verificado, a través del proyecto VITICOS, el efecto positivo de las cubiertas vegetales en la capacidad de incrementar el carbono orgánico en el suelo de un viñedo ecológico y biodinámico en el contexto de cambio climático.
El proyecto de investigación y desarrollo VITICOS, que hemos desarrollado desde Bodega Marañones, demuestra la importancia de conocer y entender los perfiles de los suelos en la viña. Gracias a este conocimiento podemos implementar distintas técnicas de manejo en el viñedo y evitar la pérdida de carbono orgánico del suelo, COS, que se puede producir ante el cambio climático con fenómenos asociados como las lluvias de gran intensidad, cada vez más frecuentes. Concretamente, a través de este estudio, el proyecto de Alma Carraovejas en la Sierra de Gredos en Madrid, hemos analizado el efecto que las cubiertas vegetales, tanto sembradas como espontáneas y de suelo desnudo, pueden tener en la capacidad para incrementar el carbono orgánico del suelo en parcelas con diferentes grados de inclinación sobre el terreno. Los resultados obtenidos evidencian que las prácticas de abonado orgánico mantienen el contenido COS aumentando significativamente durante la primavera.
Para ello, primero, se ha llevado a cabo un estudio pionero en la zona sobre los diferentes perfiles de suelo en el viñedo. Una acción que ha permitido, por un lado, conocer la profundidad, texturas y la gran variabilidad de suelos que se encuentran en los viñedos de la Sierra de Gredos, en San Martín de Valdeiglesias; y, por otro lado, identificar y cuantificar el nivel inicial de carbono orgánico almacenado en el suelo y comprobar su evolución a lo largo del tiempo después de adoptar prácticas agrarias para prevenir la erosión de los suelos, tanto a nivel de fertilización orgánica y ecológica como de cubiertas vegetales.
Concretamente el proyecto VITICOS ha analizado el impacto de las cubiertas en tres parcelas de ensayo. En cada una de ellas se han establecido las diferentes técnicas de abonado orgánico y cubiertas sembradas tanto de centeno, por su buena adaptación a las heladas y su capacidad de enraizamiento que ayuda a disminuir la erosión de los suelos, como de veza, leguminosa capaz de fijar nitrógeno atmosférico al suelo y cubiertas espontáneas a partir de la propagación natural de las semillas de la zona. Todo ello ayuda a mejorar la estructura del suelo, aumentar la porosidad, infiltración de agua e intercambio gaseoso, lo que se ha reflejado en una disminución de la erosión de los suelos desde la implantación del ensayo.
Según datos obtenidos en el estudio, el carbono orgánico en el viñedo de Bodega Marañones asciende a más de 400 toneladas, es decir, tiene un stock de 20 toneladas por hectárea y se ha demostrado que el manejo del suelo con prácticas como las cubiertas vegetales mantiene el contenido de carbono orgánico del suelo.


El carbono orgánico favorece la agregación del suelo e intervienen en la distribución del espacio poroso lo que afecta a diversas propiedades físicas como la humedad aprovechable, la capacidad de aire y movimiento de agua y gases; influye en las propiedades químicas en la capacidad tampón sobre la reacción del pH del suelo; y en las propiedades biológicas actuando como fuente energética para los organismos heterótrofos. El manejo agrícola convencional de suelos, con un uso intensivo del arado, promueve la liberación de carbono hacia la atmósfera, mientras que el uso sostenible, ecológico y biodinámico, favorece la acumulación de carbono en formas orgánicas dentro del suelo.
En paralelo hemos estudiado la proyección climática a medio y largo plazo a partir de información histórica y tomada a través de estaciones meteorológicas de la zona. Los resultados prevén un aumento de las temperaturas máximas anuales con episodios de golpes de calor. En cuanto a las heladas se contempla que bajen y que sean más suaves, aunque esporádicamente pueden aparecer fuertes o muy severas. Asimismo, en el escenario futuro se dibujan precipitaciones más extremas y períodos de déficit más acusados.
Los suelos de la finca de Bodega Marañones
La finca de Bodega Marañones la componen 25 hectáreas de viñedo, repartido, según este estudio, en siete tipos de suelos diferentes, donde el subgrupo denominado TYPIC HAPLOXEREPT constituye su fracción más abundante. Estos suelos se caracterizan por ser suelos jóvenes poco desarrollados, con presencia de roca madre a escasa profundidad en los que no hay presencia de horizontes de diagnóstico superficiales. Pese a su escasa evolución, dependiendo de las características del material parental y de su grado de meteorización, pueden ser suelos profundos, de gran interés para el establecimiento de un viñedo longevo que pueda desplegar su sistema radicular con comodidad.
El proyecto, ha sido financiado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) y ha contado con la colaboración del Grupo de Investigación de Calidad de Suelos y Aplicaciones Medioambientales de la Universidad Complutense de Madrid y la empresa DIAGNOTERRA.